El compañerismo es algo bueno.
Las relaciones no lo son.
Mi nombre es Emily Wade y fui criada creyendo que el «felices para
siempre» no existe. Que las relaciones están condenadas incluso antes de
que comiencen y que siempre y cuando la atracción hacia alguien sea
puramente física, la vida es buena y sin complicaciones. Vivo bajo esa
enseñanza y probablemente soy la única persona anti relaciones en el
mundo. Hasta que conocí al brutalmente apuesto Gerente General de
Caine Property Development & Management, Jackson Caine. Él es una
persona anti relaciones como yo y quería negociar un trato que nos
permitiría disfrutar sin complicaciones.
Mi madre está en su cuarto matrimonio.
Mi padre está con su quinta esposa.
Mi nombre es Jackson Caine y crecí en un mundo donde me
enseñaron que nada dura para siempre. Observé y viví la destrucción de
cada relación de mis padres y es algo que nunca quiero para mí. Tengo
una carrera exitosa, soy el dueño de mi propia vida y soy una persona anti
relaciones. Ya estaba harto de las mujeres y del drama que conllevaba
estar con ellas. Hasta que conocí a Emily Wade. Una mujer hermosa que
entendía y compartía los mismos pensamientos que yo. Éramos la perfecta
compañía para el otro. Sin complicaciones, sin drama e indudablemente
sin compromisos. Negociamos un trato que nos beneficiaría a ambos y
mientras nadie rompa las reglas seguiría vigente, ambos podríamos
disfrutar sin complicaciones.
Hasta que...
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